sábado, 19 de enero de 2013

.

Las persianas silban, la luz baila,y los muebles necesitan una capa de barniz. Parece que esta habitación decrece por momentos. Las paredes se estrechan y chirrian, aunque por lo menos harmonizan con el silbido de las persionas. Soy como un ocupante más de la habitación de Fermat, estoy obligado a resolver algo antes de que se acabe el tiempo y me quede aquí, hecho un cubo. La putada, esque no sé qué coño hay que resolver.
Me atravesará el pecho el frío y el viento que ultimamente acecha a la cuidad (A las dos en las que yo puedo estar) pasará a formar parte de mis huesos y seré más pequeño, más niebla, más sombra. Pero pagaré el precio que haga falta para salir del yugo de las ausencias que rodean mi cabeza.

Pero quiero que quede claro, que, pienso morir con una guitarra en la mano.
Y que, habra que mirar el horizonte, aunque el viento nos cierre los ojos. (Por muy feos, guarros o gorrinos que seamos.)
Aunque no se llegue.
Aunque el culo nos tape la cara.